Cronica de una mente sin recuerdos

Miércoles 8 de abril del 2009, comenzaba la semana santa y el colo cumplía sus 18 años, todo un hombre.
Comida y escabio gratis, la mozas estaban buenas, nuestras compañeras bien dejadas de lado, definitivamente estábamos en nuestra salsa. Algunos se fastidiaban al ver el diminuto tamaño de la porción de pizza y el echo de tener qe comer alrededor de 35 para llenarse, pero la necesidad y el deseo de la banda por romperse estaba intacto y se veía claramente reflejado en algunas frases como, “mozo esto es pizza te dije qe me traigas birra la concha de tu madre pelotudo” o lo gritos, mas bien alaridos de “birraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa” de los recién llegados de Rauch.
Eran alrededor de las 12 30 y la gente ya estaba camino al vomito, afortunadamente esto fue interrumpido por la llegada de la torta. Luego del entretiempo se apagaron las luces y se podría decir qe asi fue como comenzó el descontrol. Ya casi no quedaba birra y la banda no tenia noción del tiempo o de lo qe tomaba, ni siquiera de lo qe hacia. Pero su mayor preocupación era encontrar algo qe suplantara la la bebida milagrosa, algunos recurrieron al fernet, otros al whisky o al champú, y otros buscaban lo qe sea, incluso drogas (Agustín “el tanito” Flores = proveedor). El primer echo insólito fue la aparición del Licha Navarro quien fondeo 2 whiscolas 90 – 10 y se esfumo, las malas lenguas dicen qe al ver qe no había mas birra se auto fondeó. Continuaba la previa, se observaban cosas como Felipe “el violinista” Riveiro corriéndose a Barbi, gente bailando arriba de las sillas, Mati Arias pudriéndola, Mechi con medio platel en el cuarto del colo, etc., etc. En fin, el cumpleañero dijo vamos a la fiesta (justo a tiempo porque en unos pocos minutos se iba a despertar el instinto destructivo) y eso hicimos. Algunos debieron irse por adelante e intentar esconder la borrachera de los viejos del Colo y el Cabezón con técnicas como contener la respiración mientras saludaban o la gran “chau, gracias” a 50 metros de distancia. Al llegar a la fiesta y ver qe era barra libre a nadie le importo cuan roto estaba o si mañana tenia qe entrenar y siguió escabiando, hasta qe en un episodio de lujuria y desenfreno con un pogo de la mano de los decadentes y Mati “el rayito de sol” Devenezia se desato una guerra, una batalla, unas cruzadas o como qieran llamarlo, la qe le costo un ojo a Mati Erre qe afortunadamente fue inmediatamente bancado por sus compañeros de equipo y asistido por le medico del club. Nadie sabia contra qien nos peleábamos, se dice qe se lo vio a Santiago “el chupa” López bardeandose con una hamaca ubicada en el jardín y encima cobro. No pasaron muchos minutos para qe una nueva pudrida salga a la luz, pero esta vez contra el ejercito espartano, algunos sobrevivientes afirman qe eran mas de 1000, y fue asi como logramos qe toda la fiesta se meta a separar o pudrirla y literalmente le cagamos la fiesta a nuestro queridísimos Maxi quien amablemente salio a pedir disculpas, las cuales fueron amablemente aceptadas con gritos como “cállate rico de mierda, pone nunca”.
Pero aun quedaban el rayo y erre en adentro mientras estos caminaban hacia la salida acompañados de un patobica 2 muchachos agredían furiosamente a erre propinándole golpes de puño y patadas, por suerte para el qe aun no debuto en el equipo era como pegarle a un matambre ya qe por su estado de ebriedad no sentía nada, se preguntaran y el patoba? Bien, gracias. Ni siquiera amago a sacar a los agresores.
A pesar de qe los busca amistades de mandinga nos bancaron, Los toros fieles a su sangre los comenzaron a bardear y cantar canciones en su contra. Al Violín, no le basto con esto y al encontrarse con su prometida le dio una paliza para demostrar qien manda y después se corrió a la mama de Manuela, pour chapeau.
Finalmente nos echaron, y lo qe cada uno hizo después no lo sabemos. Pero me parece de suma importancia comentarles qe este relato fue reconstruido con los pocos recuerdos de cada integrante del plantel y la verdad es qe no sabemos cuan ciertos son. Algunos pesimistas creen qe fue todo un sueño y qe esa noche increíble, como las qe hace muchísimo qe no teníamos, nunca ocurrió.
Solo quería decir Gracias Colo (o como dice el negro ojeras, le quería pedir muchas gracias al colo) por una noche/sueño como las de antes, pero nose olviden qe esto recién empieza y se acerca el cumpleaños de otro integrante del plantel, Ignacio “no puedo hablar sin gritar” Sarquis.

Atte.: El Alcohólico Anónimo